La Agroindustria tiene cada vez mayor importancia para la economía de Chile, pues uno de los segmentos de mayor crecimiento es el área hortofrutícola. Actualmente se estima que la superficie frutícola nacional alcanza las 294.000 hectáreas, produciendo 5 millones de toneladas de fruta, de la cual 2,6 millones son exportados a diversos mercados de todo el mundo, resultando en un retorno de US$4.000 millones.
Por esta razón, el país debe buscar constantemente formas de innovación para mejorar su productividad y la calidad de sus productos, así como sus estándares de producción, los cuales deben ser acordes a las exigencias medioambientales nacionales e internacionales.
Nuestro país es el segundo productor mundial de arándanos y el principal exportador de este fruto.Durante la temporada 2014-2015 se exportaron 91.000 toneladas, en donde Estados Unidos y Canadá concentraron un 67% de ellas. Sin embargo, el mercado asiático ha crecido fuertemente durante los últimos años y, debido a lo anterior, ha sido necesario buscar innovación en los tipos de empaques utilizados, para aumentar la durabilidad y mantención del fruto.
Fundación Chile, junto al Centro Regional de Estudios en Alimentos y Salud (CREAS) y empresas privadas, han desarrollado empaques activos que contienen una lámina de aceite de tomillo en su interior y una cápsula de aceite esencial de anís, lo que genera una acción fungicida y logra inhibir la propagación del hongo Botrytis, principal agente causante de la pudrición de este tipo de bayas. Este mismo sistema podría comenzar a aplicarse en empaques para frutillas, frambuesas y uvas, las que son afectadas por el mismo tipo de hongo.
Otro ejemplo de Innovación en la Agroindustria hortofrutícola, tiene relación con la producción de kiwis. El país es uno de los principales exportadores de este producto en el mundo, sin embargo, uno de los mayores desafíos que tienen los productores es mejorar su calidad.
Viendo lo anterior, la Universidad de Chile y la Universidad de Udine, están desarrollando un programa de mejoramiento genético del kiwi (PMG Chile-Italia), que busca crear nuevas variedades que se puedan adaptar a las necesidades de la industria nacional, la cual enfrenta problemas como el ablandamiento y harinosidad.
También se está generando innovación en relación al uso de tecnología móvil y computación, mediante el uso de información. Este es el caso de Isidro, plataforma que entrega información relevante a los agricultores para que puedan determinar el precio adecuado de sus productos, así como administrar sus cosechas de mejor forma. Incluso pueden recibir mensajes de texto directamente en sus celulares, con la información que necesitan. Esta plataforma es gratuita y para utilizarla sólo deben inscribirse.
Otra aplicación que busca revolucionar a la agricultura en base a la información es Ecobase Alimentos. Se trata de un sistema de medición a través de una herramienta de cálculo descargable en Excel, en donde se permite que empresas agrícolas puedan medir su huella ambiental, utilizando la metodología del Ciclo de Vida.
En estos momentos, está disponible para 16 productos de la agroindustria, en donde destacan arándanos, manzanas, paltas, uva de mesa, vinos y salmón. Con este tipo de información, los productores podrían probar distintos agroquímicos, técnicas y formas de producción, así como fuentes de energía que utilizan, a fin de medir cómo aquello puede modificar su huella ambiental viagra portugal. Ecobase también entrega información para poder medir la huella de carbono, huella hídrica, efectos en el ozono y en el suelo.
Como hemos visto, la competitividad, necesidades y requerimientos, tanto de productores como de consumidores, han originado una serie de innovaciones que se pueden aplicar a distintas etapas y procesos de la cadena productiva en la agroindustria.
En unos años más, la agroindustria hortofrutícola, deberá encontrar formas de adaptarse al cambio climático, en donde optimizar el uso del agua será clave. Para esto, puede ser interesante el uso de compuestos. Por ejemplo, podemos citar el caso de AQUAVIVA, producto biodegradable en base a polímeros y que potencia la retención de agua, la que posteriormente es liberada lentamente. Otra opción es el riego por goteo subterráneo, tecnología muy utilizada alrededor del mundo que, sin embargo, es muy poco común en Chile, en donde algunas pruebas iniciales no resultaron positivas, pero que se piensa podría ser de gran utilidad para cultivos de nueces, almendros y olivos.
Fuente: Comunidad Negocios, Banco de Chile. Link