Herramienta de autoevaluación de la circularidad

Uno de los principios de la economía circular es el fomento de la economía de proximidad, priorizando el consumo local y de temporada. Para determinar la proximidad de los proveedores, se calculará el porcentaje de compras a proveedores situados a una distancia máxima de 200 km. Dentro de este cálculo se excluyen los proveedores de agua y energía y los de bienes de equipo (maquinaria, equipamiento eléctrico, y material de transporte). Ratio proximidad = Compras (en $) a proveedores de proximidad (un máximo de 200 km de distancia) / Total compras (en $)

La compra verde es un proceso de compra o contratación que incluye criterios de sostenibilidad, priorizando aquellos productos y / o proveedores que cumplen determinadas características de circularidad y sostenibilidad. Estos criterios pueden ser múltiples y diversos, dirigidos a fomentar diferentes estrategias de circularidad: Durabilidad (proveedores con garantías mínimas, estándares de calidad y durabilidad, etc.) Eficiencia de recursos (productos con menor cantidad de materiales de embalaje, producidos con criterios de eficiencia energética, etc.) Reutilización (productos reutilizables, packaging reutilizable, etc.) Reciclaje (productos y embalajes con un mínimo de contenido reciclado, fabricados con material reciclable, etc.) Uno de los métodos para incluir estos criterios a los procedimientos de compra y contratación es requerir el uso de distintivos ambientales que certifiquen las características que se quieren tener en cuenta a la compra verde.

El índice de circularidad de una empresa no depende únicamente de las actividades que se llevan a cabo dentro de sus límites de producción, sino también de aquellas que se realizan aguas arriba a lo largo de la cadena de suministro. Por lo tanto, es esencial disponer de una cadena de proveedores transparente y trazable, invirtiendo esfuerzos para conocer con el máximo detalle su estructura y sus prácticas de sostenibilidad.

La estrategia energética de una entidad o de una empresa incluye el conjunto de prácticas y políticas para actuar sobre la cantidad, coste, procedencia, sostenibilidad y seguridad de las fuentes de energía. Para mejorar la circularidad de la entidad , la estrategia debería incluir criterios de sostenibilidad relativos a: Eficiencia energética para la reducción del consumo Uso de energías renovables (por ejemplo, fotovoltaica, solar, térmica o biomasa)

¿Qué es la cuantificación ambiental? Es la evaluación del consumo de recursos y la generación de residuos para determinar científicamente el perfil ambiental de productos, procesos u organizaciones. ¿Qué son las certificaciones ambientales? Son la comprobación por parte de un organismo de evaluación de que un producto, servicio o empresa cumple los requerimientos especificados por una determinada normativa ambiental.

¿Qué son los residuos peligrosos/especiales? Todos aquellos residuos que por su naturaleza potencialmente contaminante requieren un tratamiento específico y un control periódico y que están inluídos dentro del ámbito de aplicación de la Directiva 91/689/CE, del 12 de diciembre. Los residuos clasificados como peligrosos son: ácidos, aerosoles, amianto, bases, baterías, disolventes, fitosanitarios, fluorescentes, medicamentos y cosméticos, neveras y aparatos con CFC, aceites de motor, aceites usados no regenerables, pequeños electrodomésticos, pilas alcalinas y otras, pilas de botón, productos particulares no identificados, productos comburentes, radiografías, sólidos y pastosos y tóners.

¿Qué es el desperdicio alimentario? Aquellos alimentos seguros y nutritivos inicialmente destinados al consumo humano que son rechazados o usados de forma alternativa (no alimentaria) a lo largo de las cadenas de suministro alimentarios. ¿Cómo calculo el porcentaje de desperdicio y mermas de alimentos? Porcentaje anual de desperdicio = Residuos orgánicos desechados en 1 año (en toneladas) / Producción anual (en toneladas)

Los envases de los productos (packaging) tienen una gran relevancia desde el punto de vista de la economía circular por su contribución al impacto ambiental de un producto. Así lo corrobora el rechazo de los consumidores y la presión legal sobre determinadas opciones de envasado identificadas como menos sostenibles. Por este motivo, es importante analizar qué envases tienen un mayor recorrido de mejora y cómo implementar los cambios necesarios con la mayor eficacia. Perspectiva de ciclo de vida Para poder minimizar el impacto ambiental de un sistema de envasado, es esencial llevar a cabo un análisis que tenga en cuenta todas las etapas del ciclo de vida de este envase (materiales, producción, distribución, uso y gestión de fin de vida) y que apueste por soluciones que mantengan el valor de los materiales dentro de los ciclos productivos y de consumo, alineándose así con las estrategias de economía circular.

Uno de los principios de la economía circular es la minimización de residuos. En esta línea, hay que evitar (o reducir el máximo posible) los residuos que se generan durante el uso de los productos. Podemos distinguir tres escenarios genéricos: El uso de los productos requiere consumibles. Ejemplo: impresoras que consumen toners de tinta de un solo uso (desechables). El uso de los productos sólo genera los residuos derivados del envasado / embalaje. Ejemplo: agua embotellada en botellas de plástico de un solo uso, que genera la botella como residuo. El uso de los productos sólo genera los residuos derivados del envasado / embalaje, y éste se puede reutilizar. Ejemplo: botella reutilizable de cerveza o refresco del canal HORECA o venta de vino a granel con un envase reutilizable aportado por el cliente.

La servitización es el proceso de transformación de un modelo de negocio basado en la venta de productos al ofrecimiento de servicios. En el proceso de servitización pueden diferenciarse tres niveles: Servicios orientados al producto: el producto es el objeto del servicio. Los servicios típicos de esta estrategia son el servicio postventa y reparación. Ejemplo: servicio de reparación de lavadoras de particulares. Servicios orientados al uso/acceso: los clientes pagan por el uso y el acceso a los productos. Ejemplo: servicio de acceso al uso de lavadoras (lavanderías autoservicio). Servicios orientados al resultado: el pago se orienta a los resultados, cumpliendo una cierta necesidad. Otros ejemplos: Axioma Solutions ofrece un servicio integral de tejidos quirúrgicos: entrega el producto, lo recoge y lo prepara para su reutilización. SafeChem Europe GMBH ofrece un servicio de leasing de productos químicos, donde el cliente paga por el manejo de los mismos, pagando una tarifa fija mensual. Algunos agricultores venden frutas y hortalizas a cooperativas de consumidores, que no pagan por los productos de forma unitaria, si no una cuota mensual que cubre su necesidad de consumo de fruta y verdura.

Ofrecer un servicio de recuperación/recolección de productos utilizados para poder reutilizarlos permite alinearse con la estrategia de reutilización de la economía circular, para alargar la vida útil de los productos reutilizándolos mientras sea posible, evitando que se conviertan en residuos. Es importante tener en cuenta que los envases/embalajes forman parte de los productos. Por este motivo, una empresa que recupera envases para volver a utilizarlos también está ofreciendo un servicio de recuperación/recolección de productos usados.

El aprovechamiento alimentario permite dar una segunda vida a los alimentos/productos alimentarios descartados mediante una valorización energética (se utilizan para generar energía) o material (se donan a organizaciones benéficas, bancos de alimentos o otras, para evitar que se traten como residuos). Ejemplos: Donación de los productos alimentarios descartados a un banco de alimentos. Destinar los productos alimentarios descartados a la alimentación animal. Valorizar los productos alimentarios descartados utilizándolos para producir biogás.

Cuando un producto, según su concepción inicial, llega al final de su vida útil, la economía circular aplica la estrategia del reciclaje para evitar que se convierta en un residuo, convirtiéndolo (o a sus piezas) en materiales nuevamente utilizables como recursos en nuevos procesos de fabricación.